TP. Diego Acuña, uno de los cinco mil niños llevados a Rusia durante la guerra civil española, ha sido educado en la pedagogía comunista y preparado para una carrera de agitador internacional, que desarrolla en Francia y en Italia bajo las órdenes de Goeritz, uno de los altos cargos del partido. Un día le confían una importante misión: trasladarse a España, fingiendo que lo hace por hastío de la doctrina soviética, y ganar la confianza de su padre, que desde su importante puesto en la Dirección General de Seguridad es un grave obstáculo para la propaganda y actuación clandestina del comunismo. El último trabajo en España es colaborar en el asesinato de su propio padre. Diego se niega, pero Goeritz consigue convencerle. En el último instante, el muchacho se arrepiente y ocupa el puesto de su padre en el sitio donde sabe que le van a asesinar. Diego es herido, no sin antes matar a Goeritz y reconocer sus pasados errores.