TP. Eduardo y Antonina, matrimonio otoñal, están esperando, con la natural emoción, la llegada de su primer nieto. Pero ha habido un error en los análisis clínicos y la embarazada no es Pili, la hija de Eduardo y Antonina, sino ésta. O sea, que la cigüeña ha cambiado de dirección y en lugar de un nieto van a tener un hijo. Esta inesperada situación influye decisivamente en el carácter del morigera y austero Eduardo, que comienza a vivir lo que él llama su ´´segunda juventud´´, cuando ya se consideraba jubilado para todo. No obstante, el nacimiento de su nuevo hijo coincidirá con la confirmación del embarazo de Pili, por lo que Eduardo y Antonina tendrán un hijo y un nieto de la misma quinta.