TP. Elvira Ruiz Marcos acaba de terminar la carrera de Medicina. Es médico, pero un médico muy especial: se marea cuando ve la más mínima gota de sangre. La causa: el empecinamiento de su madre, enfermera, en tener una hija médico. Por fin Elvira decide aceptar un puesto de médico rural en un pequeño pueblecito. El pueblo llevaba seis años sin médico y la noticia de la llegada de un médico al lugar movilizó a toda la población. Sin embargo, la aparición de una mujer supone romper los esquemas de una mentalidad tradicionalmente machista de los lugareños. Para colmo, en el pueblo llevaba también seis años haciendo su agosto el veterinario Ataulfo Mínguez, que atendía a todo tipo de "animales" con una "terapia" muy particular, "marca de la casa". La doctora ha tomado la decisión de desenmascarar los "métodos" ilegales del veterinario. El enfrentamiento está servido y... vale todo.