NR13. Ernesto Guevara se fue inventando así mismo como el Che. La Revolución Cubana fue su escuela de graduación y su muerte en las selvas bolivianas, su paso definitivo a la inmortalidad. Desde su tumba desconocida en algún lugar de Valle Grande, se mantiene al margen de los avatares del mercado, del consumo y de la demanda. No puede ser siquiera encorcetado por rigideces ideológicas, el proclamado fin de la historia no lo alcanza, la muerte de las ideologías no lo afecta... El Che, simplemente vive y perdura, porque es un mito. Pero un mito que nació y vivió entre los hombres, y para dar fuerza y razón a sus ideales, fue capaz de despojarse de todo, hasta de su propia vida. En lo más profundo del espíritu humano, y en el de los jóvenes en especial, todavía late con firmeza un sentimiento de compasión hacia su propia individualidad acorralada y hacia lo que intuyen como grandes injusticias instaladas en la sociedad donde les ha tocado vivir. Allí es donde comienza a aparecer la figura del Che Guevara. Nebulosa, no muy nítida, poco conocida quizás, pero con la fuerza suficiente como para avivar esa intuición, de que también es posible vivir detrás de un ideal, de que todavía se puede soñar y de que podemos convertir nuestros sueños en realidad. Esta es la razón de ser, de atreverse a pensar en la realización de un film documental sobre el Che Guevara. El Che tuvo sus sueños y los llevó al plano de la realidad... ¿pero cuales eran esos sueños? Y mas importante aún ¿cómo era el hombre que los soñaba? Este documental quiere hablarle a los jóvenes. Aunque debe informar sobre hechos y datos históricos, que quizá muchos de ellos no conozcan, no quiere ser un documental didáctico o de una pretendida objetividad histórica. Aquí se busca humanizar al mito, conocer el contexto familiar donde se desarrollara el niño, fuera creciendo el adolescente y finalmente, partiera del joven autoproclamado soldado de América.