TP. Una última carta de Don Quijote dirigida a su amada Dulcinea llega, por medio de su escudero Sancho, a las manos de Aldonza, moza de una venta castellana. La carta conmueve tanto a Aldonza que asume desde ese momento la personalidad de Dulcinea. Irá en busca de Don Quijote, a quien encontrará, en su lecho de muerte. Aldonza, Dulcinea ya, ha tomado la decisión de continuar la obra del Caballero Andante. Y sale a los caminos a deshacer entuertos. Sorteará todo tipo de dificultades menos una: su desafortunado encuentro con la Santa Inquisición, que llegará a acusarla de brujería...