TP. A don Carlos, ilustre magnate de la industria, le quedan tres meses de vida. Una grave lesión de corazón, al parecer incurable, le ha condenado a muerte. A partir de este momento los Bancos le negaran sus créditos y sus más allegados colaboradores y consejeros iniciaran una codiciosa jugada de Bolsa para apoderarse del mando de todas sus Empresas. César, el secretario de don Carlos, enterado de estos propósitos, propone un procedimiento para curarle. Existe un médico alemán que durante la pasada guerra experimentó con seres humanos el llamado trasplante del corazón. Pero para ello un hombre joven, sano y fuerte tiene que morir. Nadie deberá saberlo, ni la propia hija de don Carlos, a quien César, quiere con apasionado y vehemente amor. Nadie, ni sus más íntimos amigos. Y don Carlos se dispone a gastar toda su fortuna con el fin de organizar un quirófano clandestino, en donde se realizará la operación quirúrgica mas asombrosa de todos los tiempos. Días más tarde, don Carlos ya repuesto de la operación, descubrirá que ha sido engañado vilmente per César, quien aprovechándose de su convalecencia, y a través de una hábil jugada, se ha apoderado del corazón de su hija y del ochenta por ciento de las acciones de la Empresa.